Misterio y Esperanza
Arriba, muy arriba. Marchar, subir, trepar, volar. Como flechas. Remando vientos desde el virginal misterio de nuestra cuna de campo y lona, tensos y entreverados, semejantes y arquitectos, reventando los ordres de todas las bodas y de cada amistad.
Un perfil de ciudades y montañas, las líneas que se cruzan y atraviesan, destino de hombres, destino de realidades. ¿Se puede conseguir algo sólo pensando, sólo acertando con la voz? Hay que arriesgarse, proteger y mantenerse. Hay que fundar.
Chisco, Cacho, Horacio, Bicho, amigos nuestros todos, que hacéis de los luceros del final la vigilia y el reposo. Arriba, muy arriba. ¡Allá vamos! Las mochilas al hombro, la boina orejeada, renovando todo, sin renunciar a nada, y mucho menos al amor.
Aquí se habla de Dios, de la Patria, de la casa. De campamentos y marchas y fogones, de ilusiones juveniles puestas del derecho, cielo abierto y agua clara. De vidas consagradas y de cruces como flechas.
Ésta es nuestra historia. Acaba de comenzar.